¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Yo en casa. Ha nevado, peque. Por fin la terraza ha amanecido cubierta de blanco. ‘Filomena’, el temporal, nos dejó una buena noticia.
El dicho de ‘año de nieves, año de bienes, no me lo creo mucho, pero bueno. Lo bonito es el paisaje.
Claro está que si salgo a hacer algún recado, pienso disfrutarla a tope. Vamos, que no me cojo un plástico para deslizarme por si acaso no encuentro freno.
Hoy también recuerdo lo bonitas que eran aquellas mañanas en las que salíamos a la terraza y hacíamos un muñeco gigante. Le colocábamos tu bufanda, una gorrita, unas aceitunas para los ojos y no sé si una zanahoria para hacerle la forma de la nariz.
Siempre digo lo mismo, pero eran unos hermosos recuerdos. Así que me temo que me voy a poner el plumas, las botas, la mascarilla y a gozar de este maravilloso día blanco, como lo hacía a tu lado.
En días como hoy me vuelve a salir la niña que nunca se fue. La que tiene ganas de trastear desde que se levanta. Ahora solo espero mantener bien el equilibrio para no rodar, pero te lo contaré mañana.
Bueno, pituco. Te dejo por hoy, que empieza mi loca jornada blanca. Me faltará tu mano por si resbalo. ¡Cuídate mucho y cuida de mi princesa! ¡Os quiero! ❤️
Publicado por