¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Yo bien. Hoy madrugando un poco, aunque te escriba una hora después. Es 2 de enero, sábado. He guardado para ti una foto que hice en la torre de la Catedral.
Una hermosa cigüeña que observa desde allí todo lo que sucede. Sobrevuela el cielo de Salamanca y observa todo lo que desde arriba pasa.
La miro por varios motivos. El primero porque, aunque sigo sin creer en nada, en este bello animal te veo a ti. Más que nada por lo que te gusta ver Salamanca.
Supongo que desde allí nos tendrás controlados a todos. Verás quien ríe, quien llora, quien lee, quien gira su cabeza para mandarte un beso…
Yo soy de las últimas. De las que podría estar mirando horas. Es algo hechizante.
Aunque no te lo creas. Desde la distancia física te suelo contar mis problemas y mis deseos, aunque de momento tendrán que esperar.
Solo quiero pensar que será una espera corta y que se cumpla pronto. Pero de momento no queda otra.
Bostezo, peque. Estoy cansada. No duermo mucho ni bien desde hace meses. Entonces es como que te estoy escribiendo y se me va la letra. Espero no haber puesto ninguna falta de ortografía y que me capes. Ja, ja, ja.
Bueno, te dejo por hoy. ¡Cuidate mucho y cuida de mi princesa! ¡Os quiero! ❤️🎉
Publicado por