¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Yo bien. En casa. Sobreviviendo a un día más de este cálido verano de 2020. Quedan 154 días para que termine.
Han pasado ya 212 y lo han hecho de una manera fugaz. Parece que era ayer cuando dábamos la bienvenida a un año que nos ha dado una lección de vida para que nos diéramos cuenta de que éramos privilegiados cuando podíamos salir a la calle sin problema, dar un abrazo, un beso.
Cosas cotidianas que ahora no se pueden hacer, salvo que sea con personas que conviven juntas.
Y es en este momento cuando realmente apreciamos aquellas cosas que nos parecían tan normales.
Hoy es la víspera de San Ignacio. Tu santo. Una jornada cargada de recuerdos.
Hace cuatro años ya que estábamos preocupados porque te quedaban dos días para ingresar en el hospital.
Por si venían mal dadas, y con tu habitual sentido del humor, fuimos a celebrarlo los tres.
Como el confinamiento da para hacer casi de todo, he recuperado aquella divertida costumbre de hacer pulseras de goma.
Un poco de constancia y mucha memoria para hacer esta complemento. Cuantas mañanas en la piscina, a la sombra de un árbol, con nuestra pinza y los piscineros. He encontrado unas en color flúor.
Llamativa, pero divertida y favorecedora. Un buen remedio para combatir el calor.
Bueno, pituco. Te dejo por hoy. ¡Cuídate mucho y cuida de mi princesa! ❤️
Publicado por