¡Hola, papá! ¿Qué tal estás? ¿Y mamá? Yo bien. Un poco cansada. Esta mañana amanecí temprano y de nuevo encaminé mis pasos a nuestro lugar favorito para ver amaneceres.
Estuve un rato sentada en nuestro banco. Como siempre. Y después encaminé mis pasos hacia el camposanto para visitar la sepultura de mamá.
Ha sido un paseo intenso, hermoso y muy emotivo. No te voy a engañar. Se me saltaron algunas lágrimas.
Son seis meses ya sin ella. Parece que fue ayer, pero no. Ha pasado medio año.
Como es víspera de festivo y el tiempo no acompaña, he hecho mi ruta prácticamente sola. No había gente. Es un auténtico placer caminar a esas horas tan tempranas.
La jornada ha amanecido con otra noticia luctuosa. Ha muerto Rosa María Sardá. Otra vez el maldito cáncer.
No sé, papá. La verdad es que esta situación da un poco de vértigo, pero hay que seguir hacia adelante, luchar por los sueños incumplidos y pensar que un día todos nos podremos abrazar de nuevo, en vez de estar dándonos codazos para saludarnos.
Cuántas cosas han cambiado. Cuántas lecciones estamos aprendiendo…
Bueno, pituco. Te dejo por hoy. Que ando tardía. Casi es hora de la siesta. Una sana costumbre, que perdí. Y se agradece cuando llega la hora del descanso.
¡Cuídate mucho y cuida de mi princesa! ¡Os quiero! ❤️
Publicado por