¡Hola, papá! ¿Cómo estáis mamá y tú? En Salamanca todo tranquilo. Hace frío y el día es gris. Luce tímidamente el sol, pero sin calentar.
Los días son largos y de muchas añoranzas. Sonrío imaginándome a los dos juntos allí. Supongo que echabas de menos a mamá y bajaste a buscarla.
Espero que estéis felices viéndonos a todas aquí. Aunque es inevitable que se escape alguna lágrima, es mejor quedarse con los momentos buenos.
Pensar que no hay marcha atrás y que lo malo ha pasado. Que ahora no queda más que mirar hacia adelante y mirar fotos de vuestra infancia, de la adolescencia, del noviazgo y de los muchos buenos ratos que pasamos juntos.
La entereza para afrontar esta situación sorprende a la gente, pero al final es mejor quedarse con lo positivo. No dar más vueltas a las enfermedades, a los momentos agónicos y a todo aquello que nos separó para siempre.
¿Has visto que guapa mamá cuando era niña? Su cabello dorado, sus coletas y esa cara tan bonita que la convirtió en un auténtico bombón.
Bueno, pituco. Cuídate mucho y cuida a mi princesa. Perdonad que no sea mucho más extensa en estos días, pero me cuesta escribir. ¡Os quiero, papá y mamá! ❤️
Publicado por