¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Por aquí regular. Mamá está en el hospital y hay que esperar a ver si sus constantes retoman la normalidad.
No quiero perder la esperanza y sé que una vez más vas a estar ahí con las dos ayudándonos a salir de este bache, que llega justo el mismo día en que un broncoespamo terminó con tu vida.
Las navidades de estos dos años, lejos de ser festivas, son época de médicos, nostalgia y fe. Mucha fe en que mamá saldrá de aquí y podrá llevar una vida relativamente normal.
Es un parón en esa época de actividad frenética, de muchos días de emociones y reflexiones, de cine, motos y muchas cosas más que me ayudan a recuperar la ilusión por despertar cada día en busca de nuevos proyectos.
Es época de hacer balance. Y no puede ser más positivo. Ha sido un año de reconocimientos, de premios y de hacer el gran homenaje que te merecías.
Qué orgullosa estoy de ti, pituco. Te dejo por hoy, que tengo que atender a mamá. Cuídate mucho y cuídala a ella, que me hace mucha falta. ¡Te quiero, papá! ❤️
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