
¡Hola, papá! ¿Cómo llevas el calor? Seguro que estás a gusto, incluso te pondrás alguna mantita para dormir. Cómo disfrutabas tu siesta cada tarde. Terminabas de comer y a la ‘piltra’, como tú decías.
Dormir es una palabra cada vez más complicada para mí y siesta directamente la borré del diccionario. Por no tener, ya no tengo ni sueños… Casi. Alguno hay en mi cabeza, pero muy lejos de aquí…
Hoy las motos corren en Italia y me estoy preparando pasta para ser fiel a la tradición. Te encantaba comer macarrones con una buena salsa de tomate (no veas qué tomates tienen ya en las fruterías, aunque no te di la satisfacción de verme comer uno).
Mamá se ha hecho un gazpacho. Ahora sí te siento salivar pensando en lo que decías que era ‘manjar de dioses’. Fíjate que en general se me da bien la cocina y nunca conseguí hacerte uno que agradara a tu paladar. Se nota que no me gustaba mucho la receta.
El termómetro sigue subiendo. Este fin de semana aún más. Toca empezar a desempolvar los ventiladores para aguantar la sofocante temperatura. Con lo que me gustaba a mí el verano y este año nada. Bueno, mi amor. Por hoy te dejo, que a veces mis neuronas se bloquean un poco y hoy es uno de esos días. ¡Te quiero, papá!
Publicado por