¡Hola, papá! No hace falta que me digas cómo estás. ¡Feliz! Has vuelto a San Sebastián, para quedarte. No aquí exactamente, sino en tu primer mar.
Hoy tu nombre me sabe a la sal del agua de La Concha, que ya he probado, y que está fría,muy fría, pero que ha dejado mi cuerpo relajado, casi tanto como mi mente. La felicidad no es completa, porque miro al hotel Londres, donde hemos vuelto para disfrutar de su encanto, y no te veo asomado a su terraza. Pero te imagino allí, con tu gorra y tu bastón, diciéndome que estoy loca.
He dibujado un ‘papá’ enorme en la arena y he puesto la fecha: ‘9 de abril de 2019’. Ahora mismo las olas ya se lo habrán llevado, pero tengo la foto para que la veas.
He vuelto a conducir tu coche, que va como una bala, y le he pisado como a mí me gusta. Poco menos de cuatro horas he tardado en el trayecto Salamanca-San Sebastián.
Aquí nos esperaba David Vicente, el fotógrafo de Ciudad Rodrigo. Con él hemos comido antes del obligado baño de bienvenida, que ahora me ha dejado KO de tanto relax.
Y como siempre, justo cuando salíamos de casa, apareció nuestro querido Juan Figueroa, que se despidió de ti antes de que emprendas tu penúltimo viaje (aún te queda el que harás conmigo a Australia).
Ahora es momento de pasear por tu ciudad favorita, de tomar unos pinchos de esos que te encantaban y de recordar los buenos ratos que viviste en tu Donosti del alma. Gracias, papá, una vez más, por haberme permitido a aprender a amar lugares tan hermosos como éste.
¡Te quiero!
👌
Me gustaMe gusta
Gracias ☺️
Me gustaLe gusta a 1 persona